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El plan de un grupo de empresarios para mejorar los sueldos de los proveedores

La iniciativa consiste en que las grandes empresas paguen la diferencia entre el sueldo mínimo y $500.000 a quienes les prestan servicios.

El anuncio de Andrónico Luksic de "pagar la cuenta" de la crisis social y su compromiso de establecer $500.000 como sueldo mínimo de sus trabajadores directos ha tenido repercusiones en el mundo empresarial. En conversación con PAUTA Bloomberg, el expresidente de la Sofofa y gerente general del holding Aza, Hermann Von Mühlenbrock, comenta que junto a un grupo de empresarios también están analizando medidas para ayudar a descomprimir las demandas sociales. "Creo que el mundo empresarial tiene mucho que hacer", dice en conversación teléfonica. 


El empresario reconoce que en la calle existe la sensación de que los abusos de cometió la élite chilena no fueron castigados en su debido momento. "Tenemos los casos de colusión, tenemos el financiamiento ilegal de la política, tenemos lo mal que se portaron algunas autoridades militares, algunas autoridades de Carabineros, los problemas de la Iglesia. La gente empezó a sentir que realmente estaban en una sociedad en la que se podía hacer cualquier cosa y no pasaba nada. Esa molestia es algo que nos está pasando profundamente la cuenta y creo que eso es lo que tenemos que revertir rápidamente", afirma Von Mühlenbrock.


Empresarios cómodos


Respecto de cómo se puede enfrentar esta situación, el empresario sostiene que es necesario que la clase política actúe con unidad, ya que en el descontento subyace una crítica abstoluta al mundo político. "Creo que el mundo político tiene que unirse, tiene que ver que aquí hay un interés superior que es Chile, tenemos que tener gobernabilidad, esto no puede ser un salto al vacío. Y yo creo que el mundo empresarial tiene muchas cosas que hacer", afirma.


"El mundo empresarial se quedó un poco cómodo, nos sentimos todos felices porque pasamos de ser el octavo país de Latinoamérica al primero, tenemos los mejores índices de crecimiento, la mayor gente en las universidades, las cifras de desarrollo humano de Chile son las mejores de Latinoamérica. Entonces, estamos en un mundo en que el dato o la cifra fría nos colocaba como estrellas y a lo mejor todos pensamos que eso estaba bien. Pero lo que pasa es que la precariedad de este bienestar de los chilenos fue creando un grado de angustia", sostiene el empresario. 


"La gente reconoce que ha mejorado, pero también reconoce que si alguien se enferma va a volver a la pobreza; reconoce que si tiene una enfermedad complicada los remedios valen una fortuna y empieza a ver que si va a jubilar va a ser con una mala pensión. Se da cuenta de que está en un nivel de riesgo y, por lo tanto, eso fue creando una preocupación y una amargura que estalla en lo que nos ha pasado ahora", reflexiona.

 

Incentivos positivos


Como una forma de aportar en medio de la crisis, el empresario ha mantenido conversaciones con personas como Richard Von Appen, del grupo Ultramar; Pablo Granifo, del Banco de Chile y el expresidente de la Cámara Chilena de la Construcción Lorenzo Constans, para concordar algunas iniciativas que ayuden a descomprimir la situación. En esa línea, Von Mühlenbrock plantea que las grandes empresas del país pueden pagar remuneraciones "cómodamente" por sobre los $500.000 que planteó Andrónico Luksic. Por eso, la preocupación de este grupo de empresarios está más bien centrada en las empresas que les proveen servicios a estas grandes compañías, como las firmas de aseo, de seguridad o de alimentación, por ejemplo. 


"La adjudicación de esos contratos obvio que siempre es al más barato", explica el empresario, por lo que sostiene que se genera un incentivo perverso. La propuesta de este grupo consiste, por una parte, en ponderar con un alto factor el que esa empresa pague buenas remuneraciones a sus trabajadores a la hora de adjudicar un contrato, lo que generaría un incentivo positivo a todas aquellas empresas que paguen remuneraciones más altas. 


Pero además la iniciativa busca que, en caso de que los trabajadores que prestan servicios ganen menos de $500.000, las grandes empresas sean las responsables de cubrir esa diferencia. "Si hacemos eso tenemos una inyección directa a la vena y la verdad es que uno lo puede calcular, no es una cifra que le vaya a generar ningún problema a ninguna gran empresa", asegura Von Mühlenbrock respecto de la propuesta. "Eso va a generar un cambio importante en la mejora directa de las remuneraciones a ese grupo de empresas y no esperar que el Estado, porque de repente nos ponemos todos cómodos esperando que el Estado resuelva nuestros problemas, sino que el mundo privado dé un gesto clarísimo de cómo quiere que sean las cosas", afirma.